El propio secretario de Economía peñista, Ildefonso Guajardo, calificó la medida como “un desajuste temporal”. Incluso consideró que como se trata de personal especializado, encontrarán trabajo en las empresas petroleras que estarían por entrar al país. Sólo hay un pequeño problema: la caída en picada del precio del petróleo que se extenderá durante todo el año, junto a la la hiperproducción en Estados Unidos, ha alejado a las petroleras privadas de la inversión en tierras mexicanas, por lo que los desempleados no la tienen tan sencilla.
En el seminario organizado por el ITAM, “Perspectivas económicas 2015: reformas en acción”, en donde miembros del gabinete de Peña Nieto se han dado vuelo presumiendo los futuros efectos de las reformas (calificados por especialistas como improbables por los nuevos giros de la economía nacional e internacional) Guajardo dijo en torno a los miles de trabajadores despedidos de Pemex:
“Yo creo que cuando se tiene una reforma de la envergadura y de la profundidad como la que se está realizando en México en materia energética, lo que genera es un reacomodo de los actores en materia productiva. Los recursos humanos de alta especialidad en un sector que tiene un potencial tremendo de crecimiento van a ser muy bien recibidos por los nuevos desarrollos del sector privado, inclusive con condiciones laborales que en algún caso compitiendo con fuerza de trabajo escasa pudiera ser favorable”.
Por otro lado, fuentes oficiales han anunciado desde el mes pasado que muchas de las licitaciones previstas para este año entre Pemex y empresas extranjeras se han echado atrás luego de que naciones petroleras desarrolladas perdieran el interés en el crudo y el gas de países en desarrollo. El precio del barril ha bajado más de 60% desde finales del año pasado y se cotiza ahora en menos de 40 dólares, esto por un exceso de oferta estadounidense y una baja en la demanda, principalmente china.
Tal es el impacto en nuestra economía, que el peso se ha debilitado frente al dólar considerablemente para ubicarse en 15 unidades mexicanas por una estadounidense, lo que contradice la predicción que se hiciera a inicios del año pasado, según la cual se ubicaría en 13 pesos por dólar.
El gobierno ya comenzó a aplicar medidas de austeridad, entre las que se cuenta, justamente, el despido masivo, de acuerdo con la propia Secretaría de Economía.
Guajardo continúa hablando de una inversión de 50 mil millones de dólares por parte de empresas privadas en el terreno energético para finales del sexenio. Sin embargo, esta proyección fue calculada bajo el viejo panorama, en el que México parecía atractivo. No le tembló la voz al advertir que tal escenario dependerá, con todo, del comportamiento del mercado petrolero de este año y los próximos.
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